Lo intentas una vez tras otra pero no hay manera. En la memoria te viene la imagen de aquellas señoras a las que tanto criticabas en tu época moza por pedir un café con leche desnatada acompañado con un flamante donut con azúcar, empiezas a pensar que eres como ellas… Oh, oh, ¡Horror! Sí, te estás convirtiendo en una de esas mujeres que siempre dicen estar a dieta pero que nunca bajan de peso. Si te encuentras en esta situación, ¡Don’t Worry! En este post repasaremos todas aquellas cosas que hacemos sin darnos cuenta y que no nos permiten bajar de peso, ¡vamos allá!
1. Comes verdura, sí, pero bañada en aceite, salsas u otros condimentos hipercalóricos.
No es justo, te pasas el día comiendo verdura y verdura, y la balanza no se mueve como si estuviera confabulada contra ti. Bajar de peso es como un misterio de Expediente X, ¡no hay forma de conseguirlo! Uno de los errores más comunes cuando nos ponemos a dieta es creer que comer verdura es como tener una varita mágica que la agitas y el peso desaparece.
Para empezar, debes saber que hay que controlar no sólo lo que comes sino como lo comes. Una ensalada con pasta, queso y tres kilos de mayonesa no es precisamente un plato sano. Apuesta por platos con verdura a la plancha, hervida o al vapor. Puedes condimentarlos con especias y un poquito de aceite (un poquito es UN CHORRITO, sin abusar).
2. Vas al gimnasio, pero no pasas de los 20 minutos en la bicicleta estática
Otra realidad cruda, de esas que te dejan ojiplaticas y con la cara desencajada: para quemar grasa y empezar a adelgazar es necesario hacer un tiempo mínimo de actividad física. En general suele ponerse el umbral a partir de los 30 minutos, aunque es recomendable realizar ejercicio físico constante y moderado (bicicleta, elíptica, caminar en la cinta, etc.) al menos durante 45 minutos. Ir al gimnasio para subirse 10 minutos en una de las máquinas de cardio es un gesto de buena voluntad, pero no te ayudará a bajar de peso.
3. Te saltas alguna comida porque crees que así adelgazarás más rápido y te pasas el día muerta de hambre
Todos conocemos a alguien que, con la excusa de ingerir menos calorías, se salta alguna de las comidas diarias recomendadas. El caso es que esta creencia es absurda e infundada. Se ha demostrado que lo ideal es repartir las comidas en 5 tomas diarias, de lo contrario, nos pasamos el día con hambre, y no con hambre de «voy a picar una zanahoria en la nevera», sino con hambre de «voy a arrasar con todas las galletas de chocolate que encuentre en el armario».
4. Tu amistad con el alcohol es casi tan importante como la amistad que tienes con tus amigas
Sales el fin de semana y entre sangría, cubatas, cervezas y chupitos, tu nivel de alcohol en sangre haría explotar en mil pedazos a cualquier alcoholímetro. Sabes que beber alcohol es malo para la salud, pero «una vez al año no hace daño» (aunque en tu caso es una o dos veces a la semana). El tema es que además de fastidiarte el hígado, beber alcohol es lo peor de lo peor para bajar de peso.
El alcohol contiene lo que llamamos calorías vacías ¿qué significa esto? que no aporta ningún tipo de nutriente a tu organismo más allá de las propias calorías, que son muchas, así que, si bebes más de dos copas por la noche… a la porra la dieta. Con eso no queremos decir que te vuelvas abstemia, simplemente es una invitación a la automoderación.
5. Eres fan de las dietas hipocalóricas, adelgazas, pero siempre que las dejas vuelves a engordar
Las dietas hipolcalóricas son muy atractivas. Te prometen bajar de peso rápido, lo único que tienes que hacer, es pasar hambre como una jabata durante el tiempo que dure la dieta. Dicho así, no parece tan malo. Sufrir durante unas semanas parece razonable si a cambio consigues perder esos kilitos de más. Sin embargo, y por mucho que nos pese, este tipo de dietas no suelen funcionar. Es más, en la mayoría de los casos, suele acabar como el rosario de la aurora: o bien la dejas a la semana porque no soportas estar hambrienta todo el día o bien acabas engordando al poco tiempo por culpa del efecto yo-yo.
Adelgazar no se basa en saltar cual saltamontes de dieta a dieta, para adelgazar de forma definitiva y no volver a engordar, es necesario apostar por un cambio de estilo de vida, y no es algo que se consiga comiendo dos semanas seguidas alcachofas, manzanas o brócoli, para que funcione, es necesario un cambio mental que, como en todo, no es fácil de conseguir.
6. Tienes el armario y la nevera llenos de alimentos prohibidos «por si acaso.»
No caer en la tentación cuando tienes hambre y abres un armario lleno de dulces y patatas fritas, es prácticamente imposible. Por mucha fuerza de voluntad que tengamos, no somos de piedra, sobre todo cuando esas bolsas coloridas nos miran con ojitos de Shrek para que nos las comamos.
Bajar de peso con la cocina llena de alimentos prohibidos es un error garrafal. Y seamos sinceras… ese «por si acaso» es más falso que una planta de plástico. Nadie tiene tres cajas de galletas y dos bolsas de patatas fritas en el armario por si acaso. ¿Qué puede pasar? ¿Qué se presente un regimiento de futbolistas americanos para comer en tu casa? Seamos realistas, normalmente sabemos de antemano cuándo van a venir a visitarnos, y si vienen por sorpresa, podemos bajar 5 minutos a la panadería a por algo para picar. Si realmente quieres adelgazar, póntelo fácil.
7. Consumes productos light creyendo que son una tabla de salvación para seguir comiendo sin parar
En tu caso, puede que tengas la nevera atestada de alimentos light, desnatados o 0%, Es más, no sabes cuándo fue la última vez que compraste un alimento que no tuviera ese término en la etiqueta. Eres algo así como la fan número 1 de los productos light, pero cosas de la vida, no adelgazas nada de nada. Es necesario aclarar que el hecho de que un producto sea light no significa que no engorde, en todo caso, significa que engorda menos que su versión normal.
De hecho, si comprobamos las calorías y las composiciones entre el producto bajo en grasas y el producto normal, veremos que en muchos casos la diferencia es tan irrisoria que da risa. Haz la prueba y verás. Está claro que es mejor optar por la versión light de los alimentos, siempre que sepamos comer con moderación.
8. La última vez que hiciste deporte fue en el instituto
No te gusta caminar, ni correr, ni ir en bicicleta, ni patinar ni nada que tenga que ver con el esfuerzo físico, de hecho, la única actividad física que practicas es la de tus dedos para navegar por la red o escribir por Whatsapp. Bajar de peso sin hacer ejercicio físico suele ser muy complicado, por no hablar de ineficiente y lento. No es necesario que te conviertas en una runner profesional, cada cuál tiene derecho a elegir la forma de moverse y hacer algo de ejercicio con la que se sienta más cómoda.
Si te gusta bailar, puedes optar por actividades físicas con coreografías y música como aerobic, Zumba o Cardio Combat. Si eres más de ir a tu rollo, puedes salir a caminar, correr, nadar o puedes apuntarte a la sala de fitness del gimnasio.
9. Te desanimas la primera semana porqué la realidad no se acerca (ni un poquito) a tus expectativas.
Hay mujeres que creen que en una semana conseguirán adelgazar todos esos kilos que han tardado tantos años en ir acumulando. Este es un error común, que además de no ayudarte a adelgazar, lo único que conseguirá es frustrarte y desesperarte. Lo mejor que puedes hacer en estas situaciones es intentar no obsesionarte. No te peses cada día como una loca, hazlo una vez a la semana y teniendo expectativas realistas, no distorsionadas por deseos imposibles.
Quién algo quiere, algo le cuesta, no lo olvides. Estamos tan acostumbrados en conseguirlo todo rápido y sin apenas esfuerzo que olvidamos que lo verdaderamente importante en esta vida se consigue con el sudor de nuestra frente y mucho, mucho, muchísimo esfuerzo y fuerza de voluntad.
10. Querer adelgazar por razones equivocadas
Hay muchos motivos para querer adelgazar y la mayoría de ellos son legítimos. Adelgazar cuando se tiene sobrepeso o obesidad es necesario, imprescindible para vivir bien, ganar calidad de vida y gozar de buena salud. Sin embargo, con demasiada frecuencia, algunas mujeres deciden bajar de peso sólo para gustar a los demás.
Gustarse uno mismo es básico, claro, pero querer adelgazar únicamente para satisfacer las necesidades estéticas de terceras personas suele ser un error. Primero, porqué es imposible satisfacer a todo el mundo, y segundo, porqué la felicidad no reside en lo que opinen los demás sobre nosotras sino sobre lo que opinamos nosotras de nosotras mismas. Sólo alcanzaremos el éxito cuando hagamos algo porque nosotras lo queremos, ya que lucharemos con todas nuestras fuerzas para conseguirlo, y no hay nada que sea más invencible, que una persona que sabe lo que quiere y que está dispuesta a lo que sea para conseguirlo.