Comerse las uñas es un hábito muy extendido entre la población. Se estima que entre el 20% y el 30% de la población sufre este desorden llamado onicofagia, independientemente de la edad. Pero este hábito puede tener consecuencias no solo en la deformidad de los dedos, también en la salud bucodental y general del paciente, tal como destacan los dentistas en Madrid de InterORALIA.
Aunque comúnmente este hábito se asocia al nerviosismo, lo cierto es que quien lo padece, termina convirtiéndolo en un recurso continuado y no siempre está relacionado con situaciones de estrés: el hambre, el aburrimiento o la frustración son otras de las ocasiones en las que la onicofagia se manifiesta de manera pronunciada.
Lo cierto es que los médicos aún no han llegado a un acuerdo sobre el origen de este desorden y existen multitud de teorías psicológicas al respecto, que van desde la predisposición genética, a la ansiedad, pasando por el perfeccionismo. En cualquier caso, donde sí hay un acuerdo es en las consecuencias nocivas de este acto que termina por convertirse, en muchas ocasiones, en inconsciente.
“La onicofagia puede desencadenar en importantes infecciones, ya que se introduce en el organismo, a través de la cavidad bucal, una multitud de bacterias que, por otro lado, encuentran en las yemas húmedas la incubadora perfecta. Así, es fácil que enfermedades como la salmonela, muchas veces presentes bajo las uñas, se propaguen a través de los labios y la boca”, destacan dentistas de Madrid. Así mismo, pueden producirse infecciones a través de las heridas causadas en la piel, que a veces requieren incluso intervención quirúrgica.
Los dentistas de niños también ponen el acento en la prevención infantil, ya que generalmente este desorden se desarrolla en la edad temprana y se extiende a la edad adulta. “Evitando la onicofagia en la infancia, se puede prevenir en la edad adulta. Además, se debe destacar que es en la niñez cuando se maximizan los riesgos de infección, ya que generalmente se tiene menos cuidado con la higiene de las manos”.
Además de infecciones, la onicofagia puede generar desgaste dental, ulceras y caries, originadas por restos orgánicos introducidos en las perforaciones generadas por el desgaste.