La larga duración de los vuelos es uno de los factores que más frenan nuestro deseo de conocer países remotos. No obstante, aprovechar estos viajes para conocer nuevos países y ciudades y superar el viaje sin incomodidades no es incompatible.
Ser previsora en la reserva
Asegurar la comodidad en un vuelo de larga duración no es imposible. En primer lugar, es importante intentar asegurarse un buen sitio en el momento de hacer la reserva. Una de las recomendaciones más útiles es considerar la reserva de un asiento de pasillo o delante de una salida de emergencia, lo que asegurará más espacio para las piernas y mayor facilidad a la hora de levantarse para ir al lavabo o simplemente para estirar las piernas. En esta misma línea, conviene evitar los sitios cercanos al lavabo, ya que se trata de una zona que estará frecuentada periódicamente por otros pasajeros. Las colas que se pueden formar y el ruido de la puerta al abrirse o cerrarse pueden ser factores particularmente molestos cuando se intenta dormir, por ejemplo.
Preparada para dormir
Precisamente, si tu intención es dormir durante el vuelo, una de las mejores opciones para evitar el tedio del viaje, es estar preparado. Los pasajeros pueden llevar una pequeña almohada o solicitarla a la tripulación, evitando usar las hinchables. A no ser que disfrutes de una habilidad especial para dormir sin interrupciones durante las ocho o diez horas que puede durar un vuelo de estas características, conviene llevar algún entretenimiento. Al margen de las películas programadas, que no suelen empezar hasta que ha pasado un buen tiempo de vuelo y que no siempre son de nuestro interés, no está de más incluir algunas de elección propia, además de incluir una selección musical nueva en el mp3.
Ya verás como con estos consejos, los vuelos de larga duración no serán problemáticos.